En nuestro periplo por las consultas de los especialistas, hoy ha tocado uno de ellos, concretamente el traumatólogo. En nuestra espera, han llegado una pareja de sudamericanos y se han sentado a esperar a que les llamaran. Pues bien, la mujer ni corta ni perezosa ha cogido su móvil, nos ha puesto su reggaeton al volumen que le ha parecido, se ha metido el móvil entre sus senos y allí nos ha tenido a todos en un centro sanitario escuchando su música favorita nos gustase o no, nos molestase o no, en un lugar donde el que más y el que menos lleva alguna dolencia. Las enfermeras y los médicos no le han dicho ni mú…¿Dónde están aquellos carteles con la imagen de una enfermera con el dedo en la boca mandando callar?
Yo no tengo nada en contra de nadie, pero un poquito de respeto hacia los derechos de los demás y de educación no les vendría nada mal antes de aterrizar en nuestro sistema…
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